Es ampliamente conocido el poder evocador que tienen los olores. Algunos aromas nos traen a la memoria de forma inmediata entrañables recuerdos de muchos años atrás.

Su uso terapéutico no es nada nuevo, pues desde hace milenios muchas civilizaciones han utilizado los olores para tratar enfermedades tanto físicas como mentales. Es lo que conocemos actualmente como aromaterapia, una disciplina consistente en el uso terapéutico de los aceites esenciales extraídos de las plantas para mejorar el bienestar de las personas.

Los aceites esenciales, extraídos normalmente por destilación, suelen administrarse de forma externa principalmente mediante masajes, mezclando el aceite esencial con cremas o aceites usados para ese fin, pero también en forma de cremas, productos de baño o para inhalar.

Hay que tener en cuenta que la aromaterapia se puede utilizar de manera complementaria a la medicina oficial, pero nunca con intención de sustituir otros tratamientos prescritos por el médico. Se ha observado que tiene sus efectos más beneficiosos en dolencias y síntomas menores, pero es muy improbable que sea capaz de curar enfermedades importantes.