Una articulación es la conexión móvil entre dos huesos. Para que las dos superficies de hueso no se rocen entre sí con cada movimiento, están recubiertas por una capa protectora lisa de cartílago cuyo grosor varía según la articulación, entre 1 y 5 mm.

Este cartílago puede sufrir desgaste, lo que desemboca en diferentes patologías articulares. Uno de cada diez adultos con más de 35 años presenta síntomas de desgaste o daño articular, siendo más frecuente en rodillas, caderas, espalda y manos. Las causas pueden estar relacionadas con el estilo de vida personal o con la constitución de la persona.
La capacidad del organismo para regenerar cartílago es baja.